Home

5.TIEMPO PARA LEER. Páginas 84,85 y 86.

 




El monte era una fiesta

De este lado del río vivían el coatí, el tigre y mil animales más.




 Y del otro lado del río vivían el mono, el león y mil animales más. 




Y en medio del río había una isla con un naranjo grande. 


El tigre y el león discutían hasta ponerse verdes poque cada uno decía que era el único que podía dormir la siesta bajo ese naranjo. 



Una mañana el tigre llamó al coatí corredor. 

-Amigo, coatí, el león que vive del otro lado del río anda diciendo que allí hay un monito al que nadie puede ganar a correr. 

-Es amigo mío. Muchas veces jugamos juntos. 

-Sí -dijo el tigre-, pero tú eres más rápido. Hay que terminar con las pretensiones de ese león y le he hecho una apuesta. 

-¿Qué apostasteis?

-Que haríamos una gran carrera con un gran premio y, como vamos a ganar nosostros, tendrá que buscarse otra isla para dormir la siesta y el monte será una fiesta. 


-¡Qué divertido, una carrera del tigre contra el león!

-No, no... Los que vais a correr sois tú y el monito.Y les vamos a mostrar que somos los mejores. 


Y llegó el día de la carrera.

 El avestruz dio la salida. 




El monito corría bien. El coatí dejó que sus patas corriesen solas y se puso a pensar. 

Y se acordó de cómo jugaba con el monito, pero ahora había que correr y ganar. El monito ya estaba un poco cansado y el coatí seguía tan fresco. Estaba seguro de que ganaría, le pondrían una corona de flores y todos lo mirarían admirados. 

Entonces sintió que se ponía rojo. A él no le importaba quién dormiría la siesta bajo el naranjo. 

La cuestión era entre el tigre y el león. ¡pero el que estaba corriendo era él! Corriendo como un tonto contra un monito con el que quería jugar. Y sintió rabia. Miró para atrás, vio el monito y entonces se sentó. 

El monito frenó. 

-¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan rojo?

-Porque no me importa quién se quede con la isla. 

Y el monito dijo:

-Me parece que a mí tampoco me importa.

-Pues lo que vamos a hacer es bss bss bss -dijo el coatí. 

-Eso me gusta y bss bss bss. 

-Sí, pero...

-¡Claro! Y bss bss...

Y hablaron algunas cosas más.

 A lo lejos se oían los gritos de protesta del tigre y el león, pero ellos no les hicieron caso.

 Se dieron la vuelta y se fueron contentos. 

Y aunque los dos perdieron la carrera y el gran premio, ahora que el tigre y el león estaban revolcándose de rabia sin saber qué hacer, ahora sí que el monte era una fiesta. 


GUSTAVO ROLDÁN

El monte era una fiesta. Loqueleo(adaptación)

No hay comentarios:

Publicar un comentario